Escuchar a los demás, a ti mismo y al mundo

Es fácil al improvisar darse cuenta que uno tiene los recursos que tiene y que necesita de más lugares para sacar las ideas o ayuda para sostener la escena. Esas ideas a las que nosotros no alcanzamos se encuentran en la gente y el mundo que nos rodea. Bien es sabido que cuando coges algo de alguien y lo modificas podrían calificarte de plagiador o de copiar, por suerte en la improvisación todo se ve desde un punto menos egocéntrico y solo se trata de compartir.

susto
Cara que se nos queda cuando escuchamos las cosas negativas

1-Escuchar lo que yo propongo

Dentro de ti hay una estrella…si lo deseas… brillará. Y así es. Es inevitable hablar en primer lugar de la voz que oyes primero, que es la tuya propia. Esta voz puede venir llena de mensajes hacia lo que estás haciendo (creando) o llena de mensajes negativos. Escuchar estos mensajes negativos es tan malo como solo escuchar tus propia voz. En la vida no hay guión y por eso sin guión puedes estar seguro de que no hay error. Lanzarte con tu idea es empezar a caminar sin mirar, no sabemos a donde vamos a llegar, lo único que esta claro es que llegaremos a algún lado. El error sería quedarse quieto ….

2- Escuchar a los otros

Elemento clave para la construcción. Hace tiempo vi en un libro que para escuchar a otro hay que poner tal atención que tienes que ser capaz de repetir lo que dijo con las mismas palabras, la misma cara y la misma emoción con la que te lo ha dicho a ti. Si hiciéramos esto no pondríamos toda nuestra energía en intentar contra-proponer las ideas de los demás, responderles de mala gana o intentar quedar por encima. ¿Cuánta energía gastamos en pisar a los demás en vez de construir con ellos?  Normalmente mientras la gente nos habla ya estamos maquinando que vamos a responder. Ya empezamos mal. Tenemos una cabeza lo bastante rápida como para asimilar información y responder de manera coherente…

3- Escuchar el mundo

Escuchar el mundo, los objetos, a los otros nos dará la respuesta que buscamos

La respuesta está ahí fuera…  En muchas ocasiones, cuando la escena empieza a quedar bloqueada solo hay que girarse, la puerta para salir de ahí esta detrás. En un laboratorio la idea es hacer una super pócima, si esta idea se agota es tan sencillo como darse la vuelta y mirar en ese laboratorio o a esa super pócima para ver por donde puede continuar la historia. El mundo, el lugar, los objetos todo te está proponiendo cosas. Además no te las susurran , normalmente te las están gritando incluso con bengalas.

Mira fuera, sal de tu cabeza y entra en el mundo.

La felicidad, improvisando un mundo color de rosa

Después de muchos años dando clase, en las primeras sesiones cuando los alumnos ya seimprovisación sienten capaces de hacer pequeñas escenas, les planteo que hagan un mundo perfecto. Ellos pueden ser quienes quieran y pueden estar donde quieran. No son raras las situaciones en playas paradisíacas o grandes mansiones. Lo divertido del ejercicio es que todo el que entra tiene que plantear su mundo de color de rosa e intentar ser feliz… En el teatro improvisado, al estar jugando con la imaginación, realmente tienes de todo (el dinero, los objetos, la ropa…) también puedes estar donde quieras e incluso viajar dando una palmada… y por descontado que puedes ser quien quieras ( un rey, un jugador de fútbol, un dictador…) Pero nada, mis improvisadores nunca son felices, siempre terminan discutiendo por alguna tontería o terminan en una gran guerra con grandes ejércitos enfrentándose. En alguna ocasión se alcanza un extraño equilibrio, separan el espacio en 2 y cada uno vive su impro en su lugar, pero al poco se aburren…

Será que… ¿Quién seas o lo que tengas no es la clave para ser feliz?